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<<< YPF – AHORA ES NAC & POP <<<

Una decisión histórica desde todo punto de vista. Un nuevo mojón en la historia del gobierno K que sigue reparando las injusticias del pasado con miras a un mejor futuro.

PRIMERO HABLEMOS 2 PALABRAS DE REPSOL

¿Sabías de quién es propiedad REPSOL-YPF? Esto sirve para refutar a los que nos preanuncian las 7 plagas de Egipto por haber tomado la decisión soberana de la expropiación. Los que piensan que las represalias serán terribles, que nos aislamos más «del mundo», los que creen que a la larga estas tropelías se pagan y quienes lo hacen son los que menos tienen. Todo lo contrario. Esta decisióin viene a poner en su lugar lo que NUNCA debió ser privatizado. Por eso, para quienes piensan que lo peor ya vendrá, es importante conocer lo que sigue para que los españoles se ocupen de ello.

Esta es la distribución accionaria de REPSOL-YPF:

Participaciones Estables: 26,90% (La Caixa 10,20% BBVA 6,30% Repinvés 5,60% PMI Holdings 4,80%)

Participaciones Flotantes: 73,10% (Accionistas Institucionales españoles 13,50%. Accionistas Minoritarios españoles 13,40%. Empleados 0,30%. Accionistas resto del mundo: 24,10%.  Accionistas EEUU: 21,80% JP Morgan Chase Bank (EEUU) a través de Chase Nominees Ltd. (GB) 9,36% State Street Bank and Trust (EEUU) 6,57% Resto accionistas EEUU 5,87%), TOTAL 100,00%

Señalar a los responsables de las actuaciones de REPSOLYPF, no sólo a sus directivos, sino a los propietarios de la compañía, ya que ellos, a través de la propiedad de acciones que ostentan, son también responsables.
La Caixa tiene si sumamos su participación en Repinvés, un 12,88% de la propiedad de REPSOL-YPF, y el BBVA con un 6,3% de participaciones estables es la otra compañía destacada.
También es importante para hacer caer tópicos de propiedad nacional (REPSOL es española), ver como gracias a la globalización de los mercados financieros, un 15,93% de sus participaciones están en manos de dos entidades financieras norteamericanas como JP Morgan Chase Bank y State Street Bank and Trust.
Por lo tanto, el 51,5% de las acciones de Repsol no son de españoles.
El otro tema es donde paga impuestos. Sólo tributa en España por el 25% de sus beneficios.

En la bolsa de Madrid Repsol tiene 45 sociedades registradas en paraísos fiscales donde tributa el otro 75% de sus utilidades, a saber, Barbados, Bermudas, Delaware (USA), Islas Caimán, Liberia, Luxemburgo, Panamá, Puerto Rico y Singapore.

Para seguir entendiendo todo lo que está en juego, la trascendencia de la decisión, resulta imprescindible conocer la información de esta nota de Página 12 en la que se detalla e informa todo lo que viene aparejado con la expropiación de YPF y la toma de control de la empresa. Esto explica la LOCURA en la que han entrado los medios hegemónicos españoles y también los argentinos, sobre todo la nazión, que habla directamente de confiscación anticonstitucional, o sea, delito. Están alienados. Peor aún cuando la ley tendrá el apoyo de más del 80% de los legisladores de ambas cámaras avalando la iniciativa.

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YPF, la expropiación que viene con un holding

La petrolera cuenta con una gama de negocios financieros y productivos no siempre conocidos. Filiales en Estados Unidos, participaciones accionarias en Perú, Bolivia o Angola son parte de un entramado que hará al Estado socio, por ejemplo, de British Gas y Techint.

        Por Tomás Lukin

La expropiación del 51 por ciento de las acciones de YPF en manos de Repsol convertirá al Estado nacional en accionista de un conjunto de empresas y proyectos donde la petrolera tiene participación. Las firmas van desde constructoras para el sector de hidrocarburos y oleoductos por todo el país como AESA y Oldelval hasta la productora de agroquímicos Profértil. En algunos casos, YPF controla la totalidad de esas compañías, en otros ostenta el control conjunto y existe un importante grupo de firmas vinculadas. Además, la petrolera cuenta con negocios financieros y productivos en el exterior como Bolivia, el Amazonas peruano, Angola y otros radicados en paraísos fiscales, donde el sector público pasará a ser parte. No todas esas iniciativas representan una buena inversión en términos contables: Maxus, una petrolera en Texas arrastra un importante pasivo ambiental y la sociedad GASA, a través de la cual controla una parte de la intervenida Metrogas, que está en quiebra al igual que la distribuidora. Este último caso, a pesar de la situación financiera que atraviesa la compañía, representa un activo estratégico. Por último, la expropiación asociará al Estado con el Grupo Techint en distintas empresas y proyectos productivos.

La intervención de YPF a cargo del ministro de Planificación, Julio De Vido, y el viceministro de Economía, Axel Kicillof, todavía no definió cuáles serán los pasos a seguir con todas las empresas donde la petrolera tiene participación. En algunas de las firmas están designados directivos en nombre de la gestión de Repsol. Los interventores están analizando cómo avanzar en su reemplazo a través de las asambleas de accionistas que muy probablemente serán postergadas por la Inspección General de Justicia (IGJ), hasta que el Estado defina su estrategia.

– YPF Holdings: La firma fue constituida en 1996 en Delaware y hoy tiene domicilio en Texas. El holding es propietario de la petrolera Maxus y sus subsidiarias que, junto con algún pozo activo en Estados Unidos, arrastra un importante pasivo ambiental. Maxus forma parte de YPF desde antes del desembarco de los capitales españoles y, por tanto, la totalidad de esos pasivos no pueden ser tenidos en cuenta a la hora de ajustar la valuación del 51 por ciento que se expropia. Junto con Maxus figuran otras tres firmas, Tierra Solutions Inc, CLH Holdings y Gateway Coal Company.

– YPF Internacional: Esta compañía posee el ciento por ciento de YPF Guyana Ltd., que forma parte del consorcio del Bloque Georgetown, en la República Cooperativa de Guyana. La firma nació en las islas Caimán en 1996 y en 2002 trasladó su sede y operaciones a Bolivia. Allí funciona una subsidiaria de Maxus y además administra el 50 por ciento de Andina, una petrolera boliviana.

– Metrogas: Gas Argentino SA (GASA) es propiedad de British Gas en un 54,67 por ciento e YPF posee el 45,33 restante. Gasa es dueña del 70 por ciento de Metrogas, la distribuidora de gas en Capital Federal. A esa participación hay que sumarle el 8,13 por ciento de Metrogas que posee el Estado a través de la Anses. GASA está en concurso preventivo desde 2009 y Metrogas lo hizo un año después. Desde entonces está intervenida por el Estado. En el Ministerio de Planificación están analizando el curso a seguir, pero destacan que se trata de un activo estratégico.

A comienzos de año, Argentina obtuvo un fallo favorable en los tribunales estadounidenses en una demanda impulsada por British Gas. La causa se inició luego de la pesificación de los contratos en 2001 y el congelamiento de tarifas, en una corte arbitral de las Naciones Unidas (Uncitar). Metrogas es la única compañía del sector de distribución de gas que todavía no accedió a renegociar su contrato. “El Estado nacional ha intimado a los accionistas de Metrogas a que se presenten ante la Unidad de Renegociación y Análisis de Contratos de Servicios Públicos en forma inmediata a renegociar definitivamente la licencia para la prestación del servicio público de distribución de gas”, sostuvo en enero De Vido a través de un comunicado. Ahora, esa renegociación será algo más sencilla.

– AESA: Es una firma ciento por ciento controlada por YPF que está dedicada a ingeniería, construcciones, servicios, operación y mantenimiento de plantas y yacimientos. Los directivos de esta compañía serán reemplazados. La empresa nació en 1948 y desde su inicio creció bajo el amparo de la gestión estatal de YPF y Gas del Estado. Fue adquirida por Repsol antes de comprar YPF, pero ahora es propiedad de la petrolera local. Entre los clientes de la empresa controlada figuran firmas que operan en Argentina, como Pan American Energy o Total, y también del exterior, como la uruguaya Ancap y la peruana Petroperú. También hay empresas vinculadas con YPF como Profértil.

– Profértil: La mitad de la compañía que lidera la producción de fertilizantes nitrogenados en Sudamérica está en manos de la petrolera y la otra mitad pertenece al grupo canadiense Agrium. La empresa es la principal productora de urea granulada, uno de los fertilizantes más utilizados en el país. El control operativo de la firma sigue en manos de los directivos designados por Repsol y la presidencia está a cargo de un ejecutivo que puso Agrium. Matías Eskenazi, hijo de Enrique Eskenazi, forma parte del directorio de la empresa y la gerencia general está a cargo de Daniel Peetarín, proveniente de Repsol. La intervención de YPF negociará con la parte canadiense los nuevos directivos.

– Estaciones de servicio: Son más de cien estaciones de servicio propiedad de Opessa, que es controlada en su totalidad por YPF. Esos puntos de venta funcionarán como un brazo fundamental en la nueva política de comercialización de la petrolera.

– Refinor: YPF controlará el 50 por ciento de la petrolera del norte argentino y el resto se divide entre Petrobras y Pluspetrol, donde YPF también posee participación. Produce y refina petróleo y gas que extrae de sus pozos y también lo que recibe desde Bolivia. Además, comercializa combustibles en sus más de 70 estaciones de servicio en Salta, Tucumán, Jujuy, Santiago del Estero, Chaco, Córdoba, La Rioja y Catamarca. Refinor está al frente de la refinería de Campo Durán en Salta, la segunda productora de gas licuado del país. La empresa opera un poliducto –conducto para trasladar distintos combustibles– de 1100 km de longitud que llega hasta Córdoba. Allí, ese conducto se une con otro que controla la empresa que viene desde la refinería de Luján de Cuyo y llega hasta el puerto de San Lorenzo.

El jueves pasado la intervención de YPF decidió que Refinor procese gas natural de Pan American Energy, aumentando de esta manera un 25 por ciento su producción actual de GLP, lo que permitirá incrementar la disponibilidad de garrafas de gas y la oferta de otros combustibles.

– Oleoductos del Valle: Es uno de los oleoductos más importantes del país. Comunica la cuenca neuquina con Puerto Coronel Rosales. YPF posee el 37 por ciento y también participan en menores proporciones Petrobras (23,1), Chevron (14,0%), Pan American Energy (11,9%,) Pluspetrol (11,90%), Tecpetrol (2,1%). La participación real de YPF superará el 40 por ciento por su participación en Pluspetrol.

– Pluspetrol: YPF controla el 45 por ciento de la empresa. La compañía produce electricidad en Tucumán, explora y produce petróleo en Neuquén y Mendoza y es la principal productora de combustibles de Perú. La firma tiene presencia en Colombia, Venezuela, Argelia y Angola. A su vez, Pluspetrol posee el 21,5 por ciento de Refinor y el 11,9 por ciento de Oldelval. Fuera de Argentina también tiene participaciones menores en Transportadora Gas del Perú y en la Companhia Estadual de Gas, proveedor de gas en el área metropolitana de Río de Janeiro,

– Techint: El entramado y el desafío que se abren para la administración pública vuelven a cruzar los caminos con el Grupo Techint, donde el Estado ya posee, a través de Anses, el 26 por ciento de las acciones y tres directores, entre los que figura el viceministro de Economía, Axel Kicillof. Los vínculos no serán tan directos, pero la empresa Tecpetrol del holding que encabeza Paolo Rocca y la firma Pluspetrol, donde YPF posee el 45 por ciento de las acciones, son accionistas en Oldelval, transportadora por ducto de petróleo. Los renovados vínculos con Techint se extienden a un conjunto de áreas que explotan en conjunto Pluspetrol y Tecpetrol a través de distintas UTE.

– MEGA: YPF controla el 38 por ciento de la compañía gasífera que tiene como operación central la recuperación de etano, materia prima fundamental para la industria petroquímica local. El capital accionario de la empresa lo completan Dow Chemical y Petrobras. La producción de propano, butano y gasolina natural se despachan vía marítima a la petrolera brasileña.

– Terminales Marítimas Patagónicas: YPF posee el 33,15 por ciento de la empresa que brinda servicios de recepción, almacenaje y despacho de crudo a los buques, para las empresas productoras de petróleo de la cuenca del Golfo San Jorge. Allí Pan American, Shell y Total son socios minoritarios.

– Otras: El listado de empresas vinculadas continúa con Oiltanking Ebytem SA, una empresa transportadora y de almacenaje de combustibles donde YPF posee el 30 por ciento. La empresa posee parte del puerto de Coronel Rosales donde llega el oleoducto que controla Oldelval. Hoy, el 70 por ciento del crudo total consumido en Argentina pasa por las instalaciones de esta compañía. También figuran en la lista Central Dock Sud, empresa de generación y comercialización en bloque de energía eléctrica donde la petrolera posee, directa e indirectamente, más del 20 por ciento de sus acciones; Elaran Inversiones 2011 SA, una firma financiera dedicada a la administración de otros activos de la empresa –desde la intervención no ofrecieron más precisiones–; y otras firmas de menor magnitud como Gasoducto del Pacífico (Cayman) Ltd., Poligás Luján, Compañía Minera Argentina e YPF Brasil Comercio de Derivados de Petróleo. Además, existe un extenso conjunto de UTE y consorcios de exploración y producción con distintas empresas en varias provincias petroleras y en la plataforma continental. Finalmente, la empresa posee la concesión para transportar hidrocarburos en ductos estratégicos para el país.

El amplio entramado de empresas donde tiene participación YPF pone en evidencia la integración productiva a lo largo y ancho de la cadena de producción con la que cuenta la petrolera. El alcance de la expropiación excede las fronteras nacionales y el sector de hidrocarburos, fortalece alianzas estratégicas y ofrece instrumentos para disciplinar a distintos sectores empresarios. A su vez, le otorga al Estado la posibilidad de avanzar en otras áreas conflictivas, como es el caso de la distribución de gas en la ciudad de Buenos Aires. La recuperación del 51 por ciento del paquete accionario de YPF viene acompañada por un combo de empresas muy importantes que pasarán a depender en distinto grado de las decisiones de la administración pública.

 

 

 

 

 

 

 

Si algo faltaba para TERMINAR con la nefasta década del 90 era la recuperación de YPF y quien podía establecerlo sino esta presidenta?

Esto es parte de la Sintonía fina pero en este caso, llendo hasta el hueso. Por eso la constante prédica opositora de los medios hegemónicos argentinos continúa. No pueden aceptar que la mandataria sigue tomando decisiones de manera independiente y soberana, con la base del 54% de los votos obtenidos en Octubre, y que ahora se de el lujo de tomar una medida que tiene el apoyo mayoritario de casi toda la sociedad, correspondido en un proyecto de ley que contará con bastante más de los dos tercios de votos positivos, aislando irremediablemente a estos medios y al tarambana de Macri que en soledad se oponen.

La responsabilidad es inmensa. El desafío que conlleva tomar el manejo y conducción de la mayor empresa argentina resulta muy importante a los efectos de demostrar que desde el estado se puede gestionar de manera eficiente y profesional, pero desde el enfoque y en la dirección establecidos desde la polìtica por los representantes del pueblo: la recuperación del autoabastecimiento en materia hidrocarburífera y la soberanía energética.
No hace historia ni resulta trascendente quien pasa por la administración del Estado ejerciendo la primera magistratura a tientas, sin objetivos y decisión para ejecutar políticas posibles y transformadoras, quien no cambia nada, quien pide permiso para ejercer el poder de manera de no molestar a los que ostentan de él, sin interpelarlos. Al contrario. Y ya sabemos que Cristina no llegó a la presidencia para resultarle amigable a los poderosos. Y ya sabemos también, porque en estos 9 años de gobierno ha quedado demostrado, que cuando las decisiones se imponen, la presidenta SIEMPRE redobla la apuesta y va por más, NUNCA MENOS.

El viernes 27 Cristina subirá al escenario del acto en Velez con la aprobación ya votada en el Senado es decir, con media YPF bajo el brazo. Será oportunidad de alentar, agradecer y escuchar como nos convoca para seguir luchando y sabremos bien que vamos POR LO QUE FALTA.
TIBIOS ABSTENERSE

<<< CASO YPF: CHISTE CATALÁN <<<

Por Alfredo Zaiat, publicado en Página 12

Argentina perdió el autoabastecimiento energético con necesidades mayores de importación de combustible para alimentar un ciclo de crecimiento inédito, por duración y magnitud. Así se expresa el agotamiento del modelo energético de desregulación y privatización de un sector estratégico de la economía. Definir una nueva estructura de la propiedad de las acciones de YPF es un comienzo para recuperar el autoabastecimiento como parte de una política energética global que acompañe el desarrollo de las fuerzas productivas. Para lograr ese objetivo, los españoles de Repsol son parte del problema; no una opción de solución. Las cifras de producción, reservas, ganancias y distribución de utilidades desde que tomaron el control de la petrolera nacional son elocuentes.

Repsol adquirió casi la totalidad de las acciones de YPF en 1999 desembolsando 15.169 millones de dólares, cuando el precio del barril de crudo había alcanzado un mínimo de 10,75 dólares a comienzos de febrero de ese año, con una media de 12,28 dólares en 1998; hoy cotiza arriba de los 100 dólares. Desde entonces su estrategia productiva fue principalmente extractiva. Esto significa explotar al máximo los pozos de petróleo y gas existentes sin realizar inversiones significativas para recuperar o mantener reservas, violentando la lógica del negocio de las petroleras. Esta consiste en extraer recursos y reponer reservas con inversiones para de esa forma mantener el valor de la compañía. Repsol no aplicó con YPF esa norma esencial de funcionamiento de las petroleras. Los fondos obtenidos devastando los pozos de YPF fueron desviados para su expansión global, orientando inversiones hacia Norteamérica (Alaska), Brasil, Golfo de México, el Caribe y el norte de Africa (Argelia y Libia). Argentina no figuró en esos planes pese a los publicitados y reiterados anuncios de inversiones de los españoles.

El crecimiento de Repsol en otros mercados fue con capital obtenido de las ganancias de YPF. Como se mencionó, siendo Repsol una petrolera de escasa relevancia a nivel internacional, se endeudó para comprar YPF por 15.169 millones, y en el período 2001-2006 distribuyó dividendos en efectivo por 8200 millones de dólares. En apenas seis años Repsol recuperó casi el 55 por ciento de lo que había desembolsado. En el lapso 2007-2010 el giro de utilidades sumó unos 5100 millones de dólares. Las del año pasado, equivalentes a 1200 millones de dólares (5296 millones de pesos), no pudieron remitirlas por la oposición del gobierno de CFK. En total, desde que tomó el control de YPF los españoles repartieron entre sus accionistas 13.300 millones de dólares, que si se agregan a las que fueron detenidas suman casi lo mismo que habían pagado para adquirir la ex petrolera estatal. Es lo que se conoce en libros de historia como depredación de recursos naturales por parte de multinacionales.

Todas esas inmensas ganancias remitidas a la casa matriz en Madrid restaron fondos para invertir en exploración y explotación de las áreas hidrocarfuríferas que posee en Argentina. El resultado fue la caída de la producción y reservas de petróleo y gas, que explica en gran parte la pérdida de la categoría de país con autoabastecimiento energético. La producción de petróleo y gas a partir de la administración de YPF por Repsol se basó en la extracción de recursos existentes antes de 1998, es decir, descubiertos bajo la administración estatal.

 

 

El especialista Ricardo De Dicco ofrece datos contundentes de esa conducta de la firma española. La declinación de los volúmenes de extracción de crudo fue de -27,8 por ciento en 2011 respecto a 2003; y la de gas natural fue de -36,8 por ciento desde el pico de 2004 en comparación con 2011. La refinación alcanzó su máximo en 2007, para luego descender y en relación a 2011 bajó 18,7 por ciento. “Con respecto a las inversiones de capital de riesgo en exploración por parte de YPF S.A., durante el período 2003-2011 fue de apenas ocho pozos. La comparación es impresionante: durante la década del ’80, YPF estatal había alcanzando un promedio anual de 117 pozos de exploración”, señala De Dicco.

La descapitalización de YPF realizada por Repsol ha sido impresionante, en línea con lo hecho por sus colegas españoles de Iberia, primero, y el Grupo Marsans, después, con Aerolíneas Argentinas. Para recuperar la línea de bandera vaciada se pagó simbólicamente un euro. Según los números de la propia compañía que presentó en la Bolsa de Nueva York, su pasivo a fines de 2011 ascendía a 8351 millones de dólares, lo mismo que hoy vale YPF en el mercado bursátil luego de la caída de la cotización desde comienzos de año. La descapitalización se originó en la distribución de todas las ganancias entre los accionistas, en el endeudamiento para mantener en funcionamiento la empresa, y en la reducción de su patrimonio por la perdida de reservas de petróleo y gas debido a pobres planes de inversión en exploración de hidrocarburos.

Los investigadores Andrés Asiain y Agustín Crivelli en “La explotación de hidrocarburos en Argentina. Estudio de caso: YPF S.A.” explican que “se observa una lógica predatoria que se encuentra muy lejos de un comportamiento racional para una empresa petrolera”. Si las reservas son el principal activo de una compañía petrolera, YPF se está descapitalizando. ¿Cómo se entiende entonces la estrategia de Repsol sobre uno de sus activos más importante? Asiain y Crivelli responden: “No, justamente ahí reside la gravedad del problema. No se trata de una mala administración de los yacimientos argentinos por parte de la empresa española. Este comportamiento se inscribe en la estrategia global que el grupo Repsol se ha venido trazando en los últimos años”. Los españoles no están dispuestos a asumir riesgos de exploración en las cuencas argentinas. Por ese motivo desde que se hicieron cargo de la administración de YPF no se volcaron a la exploración para incrementar reservas. “La estrategia de negocio en la Argentina se basó, y se basa, en extraer las reservas existentes para, a partir del persistente incremento de los precios internacionales del crudo, generar crecientes niveles de utilidad que luego utiliza para expandirse globalmente”, afirman Asiain y Crivelli.

Argentina requiere de inversiones de largo plazo y de riesgo, un tipo de inversión que no responde al objetivo de alta rentabilidad inmediata que busca Repsol con YPF. Dentro de los planes del grupo español, la empresa argentina aparece como uno de los activos a exprimir para luego desprenderse de ellos, no sin antes extraer toda la ganancia posible para financiar su expansión global. Esta política desplegada con la petrolera nacional YPF tuvo su premio para el presidente de Repsol, Antonio Brufau. Muchos en Argentina lo muestran abrumado por el trato que le dispensa el gobierno de CFK. Es un chiste catalán. No debería ser motivo de preocupación ni su estado de ánimo ni su situación patrimonial. Brufau cobró el año pasado 7,0 millones de euros: 2,4 millones de retribución fija, a la que se sumaron 1,9 millón en variable y 2,7 millones por una gratificación extraordinaria por los resultados de Repsol en 2011. Esos ingresos le significaron cobrar un 78 por ciento más que lo percibido en 2010, cuando embolsó 2,3 millón en retribución fija más 1,6 millón en variable, es decir 3,9 millones. Brufau no estuvo sólo en abultar su cuenta. Los diez miembros de la alta dirección de la petrolera también se vieron beneficiados por ese bono, recibiendo en total 18 millones de euros en 2011, frente a 12,5 millones de euros del ejercicio anterior.
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Esta es básicamente la situación por la cual el gobierno intenta recuperar la soberanía energética dado que se han dilapidado nuestras reservas sin que hubieran las inversiones necesarias para acompañar con nuevas exploraciones y la consecuente producción el crecimiento de la economía y porque no podemos seguir aceptando se esfumen nuestros recursos y las divisas que se generan en el país solventando importaciones para cubrir la demanda.
En definitiva, recuperar lo nuestro.